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¿Qué
te vas a bailar sirtakis, a hincharte
de vino resinoso y a bañarte en
las aguas del Egeo? ¡Qué
sana envidia me das! ¡Hasta mi nombre
quisiera acompañarte en tus visitas
al Partenón y al Teatro de la Acrópolis,
en tus sentadas en la Placa y en tu recorrido
por la historia! |
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Ulises
siempre vuelve a Ítaca y, antes
de volver a embarcar, se pasea por toda
Grecia. De una u otra manera te llegarán
mis buenas vibraciones si pisas el Peloponeso
o te entretienes en Lamía. Los
recuerdos se tornan seres vivos cuando
se produce un encuentro. Y cuando estés
de fiesta helénica, llena de placer
de vivir soportando el peso del Dios Sol,
extasiándote con sus colores, sintiéndote
"la más grande" en el
ejercicio de la contemplación,
y cuando estés henchida del gozo
griego, entonces, sin que nadie lo pueda
evitar, volará mi risa hasta tu
pensamiento y, por un instante, campanas
de alegría retumbarán para
ti. ¡La fuerza de los ancestros
es así! |
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