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A
Patricia |
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Gracias
por tu sinceridad, por tu simpatía,
y por el interés que mi Caverna
te ha despertado. Con tus palabras has
conseguido que tu juventud
me revitalizara y me has dado a entender,
un poco más, que la edad no tiene
por qué constituir ninguna barrera
que impida entenderse con los más
jóvenes. |
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Por
mi parte, reconocerte que mi Caverna
siempre estará abierta para que
puedas entrar y salir de ella a tu voluntad,
pero intentaré que siempre encuentres
"algo" en ella que pueda serte
útil para el camino de lo que andes
buscando. |
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Ya
debes de imaginarte lo que pienso de nuestro
común amigo Luisfer. Sí,
es "la crème de la crème"
que dirían los eruditos. Ejemplos
como él, lamentablemente para la
humanidad, no abundan en cualquier entrega.
Y para testificarlo, vamos a cantarle
tres hurras: ¡Hip-hip! ¡Hurra!;
¡hip-hip! ¡hurra!; ¡hip-hip!
¡hurra!. Y luego, añadimos
una ración igual para el auténtico
"Pez, el iogurtera"
que, ese sí, creció en una
cuna de madera de genio. Abrázales
de mi parte. |
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Y
otro abrazo para ti Patricia. Y como mi
próximo desplazamiento tiene por
destino Xixona (ya habrás oído
de Luisfer las "maravillas"
de cómo se turronean la vida sus
habitantes), para seguir con nuestra ruta
de encuentros, que se inició con
un viaje a Donosti, añadiré
como despedida: ¡Viva Xixona! |
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Ulises
Valiente |
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